La selección del 'Mago' Markarián debutó con el pie derecho en su camino al Mundial. Paolo Guerrero, quien anotó los dos goles, fue el mejor de la cancha.
Es un pequeño paso, solo eso. El primero de una larga historia que recién comienza y que pide a gritos que tengamos cautela para que el final no nos sorprenda, para que no repitamos un libreto conocido, un final de película que termina siendo de horror.
Depende de nosotros –en realidad de ellos, los que juegan dentro de la cancha– cómo vayamos escribiendo cada página, cada letra de este proceso. Pero para eso falta mucho todavía. Celebremos hoy porque siempre una victoria es motivo para tener una sonrisa permanente, como si nos hubieran inyectado botox. Recordar que el que se vio arrodillado en Lima es un equipo que ha ido cuatro veces seguidas a un Mundial, finalista de la última Copa América, pero ver el resultado dentro del contexto en el que estamos. Nuestra obligación es ganar en casa, solo hemos conseguido lo que antes era una tarea pendiente. Primer check.
Dos golpes al pecho fueron suficientes. Dos goles que transforman la ilusión en un destello alocado de felicidad. Perú tiene corazón Guerrero. Late más fuerte cuando Paolo tiene el balón, cuando contagia sus ganas al público, cuando transmite ese hambre de triunfo. Sueñe, pero ponga los pies en la tierra. No vivamos dentro de una burbuja compuesta de un exagerado optimismo, porque si caemos el golpe puede ser fatal.
Ahora nos miran distinto, ya no por encima del hombro luego de que en anteriores procesos Perú era siempre la piñata; ahora los papeles han cambiado. En la previa, los chamanes intentaron 'limpiarnos' de nuestros propios demonios, que normalmente nos contaminan para ahuyentar la claridad necesaria. Pero esa no era la fórmula, porque la pócima secreta la tiene el 'Mago' Markarián, que aunque repite que no le gusta su apodo le ha dado a esta selección una mística distinta, le ha cambiado la mentalidad. Son los mismos jugadores, el mismo grupo, pero ahora la actitud y los resultados son distintos. Ese es el factor Markarián.
Los denominados 'Cuatro Fantásticos' fueron la base para empezar a cumplir una de las tareas pendientes: hacer respetar la casa. Quizás en este detalle esté la clave de la clasificación, en ganar la mayoría de partidos en Lima. Las eliminatorias (o clasificatorias, como algunos quieren llamarles) son un proceso largo, 16 fechas en las que todos juegan contra todos y donde habrá altas notas (como la de ayer) y en otras pruebas pasaremos raspando, mientras en unas cuantas más jalaremos. Lo importante es tener equilibrio, saber analizar sin apresurarnos. Pero no cabe duda de que el aporte de ellos es importante.
Perú tiene un buen ataque, cuenta con armas suficientes para hacerle daño a cualquier rival, pero aún falta hacer sólida nuestra defensa, no tener dudas como ante Paraguay, que felizmente no tuvo a Roque Santa Cruz como su intérprete más inspirado. Fueron contadas con los dedos de la mano las ocasiones de gol de los guaraníes, aunque ninguna con la claridad para tener en un mano a mano a Raúl Fernández.
En cambio, el planteamiento bicolor, con un pressing constante por las bandas, obligó al error en salida del equipo del ‘Chiqui’ Arce. Adán Balbín y Rinaldo Cruzado adelantaron las líneas.
Los cuatro fueron fantásticos
Claudio Pizarro, por momentos, fue el hombre invisible que normalmente es con la bicolor en el pecho. En Alemania es un superhéroe, pero cuando juega con la camiseta nacional es como si esta fuera su kriptonita y pierde todos sus poderes del gol. Ese que lo ha consagrado como goleador extranjero histórico en el país teutón pero que lo obliga a ser aquí un actor secundario. A veces solo se necesita que aparezca por momentos, como ayer, cuando se escapó por la banda derecha, llegó a la línea de fondo y sacó un centro que encontró a Guerrero en posición de ‘serial killer’, con el lugar del disparo ya seleccionado, con la bala teledirigida a un punto imposible de evitar. Ese fue el segundo tanto, el de la tranquilidad.
Paolo es el ‘Depredador’ del área: cuando está frente al arco rival nunca perdona. La gloria se consigue con la bicolor y eso lo tiene entendido Guerrero, que con sus dos goles nos obliga a tenerlo como ídolo. Porque su nivel superlativo es constante. Durante la Copa América, en la que alcanzamos un meritorio tercer lugar, él fue la figura deslumbrante, y en este camino estelar, él promete ser la luz que nos guíe.
Farfán tiene fuego en sus pies. Cuando el balón es propiedad suya, ni con una armada de rivales se la pueden quitar. A los dos minutos del complemento, la ‘Foquita’ arrancó por el centro del campo y con velocidad desacomodó a los paraguayos, dejando a Paolo solo para que atropelle con potencia, deje al portero en el camino y anote con la frialdad de un cirujano.
El 'Loco' Vargas sin cinta igual es capitán. O por lo menos lugarteniente en esta travesía que recién comienza y que todos quieren que llegue a buen puerto. El Mundial es el oasis al que queremos llegar, la tierra prometida, pero solo hemos puesto el primer ladrillo en nuestro proyecto. Ya nos ha pasado antes que hemos tenido un buen debut –Paraguay no ha podido vencernos en Lima en eliminatorias– y luego la ilusión se ha desinflado en el camino.
Perú tiene que ser regular, dejar de ser gitano y no caer en falsos triunfalismos. La magia de Markarián ha surtido efecto y más allá de una primera impresión que dejó contento a todos, hay que recordar siempre que esto es un proceso y que lo importante no es como se empieza, sino como se termina. Que al final el sueño se vuelva realidad.
Larepublica.pe
SELECCION PERUANA DE FUTBOL
CLASIFICATORIAS BRASIL 2014
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