La franquicia fue cancelada en otros países por uso antiético del polígrafo. Testimonio de participante de la versión local revela escándalo prefabricado. Aquí, Ortiz funge de singular defensor de la transparencia televisiva. ¿Has tomado más de una vez la pastilla del día siguiente? ¿Tienes fantasías sexuales con mujeres? –Sí, asintió Ruth Thalía Sayas, de 18 años, ante cada pregunta. El público bramaba con cada una de las escabrosas interrogantes de Beto Ortiz, el conductor del programa “El Valor de la Verdad” de Canal 2, mientras la madre de la joven se cogía la cara de la vergüenza y Bryan Barony Romero, presentado como su actual enamorado, parecía pasar infinito bochorno. Aún faltaba lo peor: –¿Has aceptado dinero a cambio de tener relaciones sexuales? –Sí, volvió a responder Sayas. Al final se marchó con S/. 15,000 en el bolso a cambio de una reputación hecha añicos. Ese primer programa hizo 19.2 puntos de rating en promedio y el del sábado último, 17.2. El morbo vende, claro está, si no que lo diga Laura Bozzo y sus panelistas desdentados y lameaxilas. El problema es que el “show” de Ortiz, que plantea como un “acto de valentía en búsqueda de la verdad”, es otra versión de una misma franquicia que ya ha sido levantada del aire en diversos países (ver recuadro) por una razón fundamental: su contenido y procedimiento atenta contra la dignidad y la salud mental de las personas. “A mí me dio mucha tristeza ver el programa de Beto Ortiz”, dice la colombiana Alexandra Arias, ex presidenta de la Asociación de Poligrafistas de Latinoamérica. “Me sentí mal de ver cómo una profesión tan loable como la poligrafía es prostituida de esa manera. Ver el daño mental que se le está haciendo al ser humano. El polígrafo busca defender al inocente, intenta sacar la verdad a flote con fines altruistas. Y acá te sacan la porquería, la mugre humana”. Arias, quien vive en Lima desde hace dos años capacitando a los poligrafistas peruanos, añade que “esta es una herramienta que tiene más de 45 años de investigación científica y acá la están usando para hacer morbo. Uno puede utilizar un cuchillo en la cocina, pero también puedes usarlo para matar. Lo mismo ocurre con la poligrafía. Es por esa razón que todos los poligrafistas peruanos están afectados”, sostiene. VIOLANDO LA INTIMIDAD El comandante de la FAP Edwin Núñez del Prado Maldonado, presidente de la Asociación Peruana de Poligrafistas y Evaluadores Forenses de la Credibilidad (Appetic), denunció que el programa de Ortiz “viola todos los estándares profesionales de uso del polígrafo, así como los principios de ética y moral que rigen la poligrafía”. “La Asociación Mundial de Poligrafía prohíbe hacer preguntas de tipo sexual. El polígrafo lo puedes usar en cualquier tipo de casos. Ya sea de investigación criminal, de selección de personal, etc. Pero no puedes violar la intimidad de una persona”, sostiene Núñez del Prado. “Solo está permitido hacer preguntas de tipo íntimo si estamos frente a un caso de violación sexual o pedofilia. Pero está terminantemente prohibido usar el polígrafo para preguntas del tipo con quién se acostó uno; usted es gay o si paga por sexo. Ni hablar”. La poligrafista Alexandra Arias, quien es la asesora principal del Appetic, afirma que “el denigrarse un ser humano y el exponerse de esa forma ante la opinión pública acarrea consecuencias serias”. Recuerda una historia puntual: “En el programa colombiano ‘Nada Más que la Verdad’ (que fue como se le llamó en ese país a la franquicia) se dio el caso de un tipo que, mediante el polígrafo, confesó que era homosexual delante de su hijo. El hijo llegó al colegio, los amigos le pegaron. Eso generó un trauma y el niño tuvo que pasar por psiquiatría. ¡Imagínense las consecuencias! Se pronunciaron el Colegio de Abogados, el Colegio de Psiquiatras, la opinión pública en general. Estos programas dañan seriamente a la gente”, recalca Arias. La colombiana Arias aseguró que el poligrafista del mencionado programa fue expulsado de la asociación de su país. El show fue cancelado en 2007. Antes de la emisión del primer programa, Ortiz presentó al poligrafista español José Fernández de Landa, quien es el que ha llevado el formato a diversos países, pero se desconoce si es él quien toma las pruebas a los concursantes. En todo caso el comandante Núñez, quien trabaja en Inspectoría del Ministerio de Defensa, sostiene que ningún miembro de la Appetic trabaja en el programa de Frecuencia Latina, por lo que se trataría de un “poligrafista sin acreditación alguna”. Núñez del Prado indica que han presentado una queja contra Ortiz y su programa ante la Cámara de Comercio. “Un Canal está en la libertad de hacer los programas que quiera”, dice el comandante de la FAP, “pero este programa desprestigia el buen nombre de la poligrafía y perjudica todo lo que hemos logrado con la poligrafía en el Perú”. EL TESTIMONIO DE BRYAN ROMERO Por cierto, Ortiz haría bien en someterse a la prueba del polígrafo, no necesariamente para responder por las denuncias por pedofilia que enfrentó, sino para comprobar si todo lo que dice en su programa es cierto. Ocurre que Bryan Barony Romero Leiva (20), quien en el programa inaugural de “El Valor de la Verdad” del sábado 7 se presentó como novio de Ruth Thalía Sayas, sostiene que mintió para cobrar parte de los S/. 15,000. Sin embargo, al final no recibió nada. Romero aseguró que Ortiz lo ha llamado a su teléfono ofreciéndole trabajo para que no denuncie el hecho ante la prensa. CARETAS lo encontró en Huachipa, donde se dedica a manejar mototaxi para pagar sus estudios. Lucía nervioso ante una posible represalia de Ortiz, pero aceptó conceder una entrevista grabada. Romero sostuvo que la relación con Sayas terminó en mayo, pero ella lo llamó a inicios de este mes para que se presente como su novio y a cambio le daría parte del premio. Él dice que ya sabía que Sayas había trabajado en un night club de Santa Anita y por eso terminaron, pero fingió no saberlo en el programa para ayudarla. El mototaxista alega que los productores de Beto Ortiz le hicieron firmar un contrato que él no leyó. “Yo quería irme rápido y me dieron nomás. ‘Hermano, ¿para qué es eso?’, pregunté. ‘Tú firma nomás’, me dijeron. Firmé y saqué la vuelta nomás”, asegura. Romero cuenta que luego fue a pedirle su parte del dinero a Sayas, pero ella no se lo dio. “A mí me dijeron que había cobrado y yo necesitaba plata para el motor (de su mototaxi). Ella me dijo te voy a dar algo nomás. Y yo pensé ya está hecho que me dará algo más o menos ¿no? Y me dijo: “Te voy a dar 500 soles nomás”. Me quejé y le dije: “sabes qué, yo quiero que me des 2 mil y tantos porque yo necesito eso para mi motor”. Y me dijo: ‘no, para qué te voy a dar tanto dinero, si ha sido a mí a quien están pagando, no a ti’”. El mototaxista y su tío buscaron a Ortiz en las instalaciones del Canal 2 en San Felipe, pero no llegaron a ningún acuerdo. Luego, el conductor lo llamó para ofrecerle empleo. “Me dijo: ‘Hola, soy Beto. Pueden ir al canal para conversar, ya no vas a salir en la tele. Vamos a conversar los dos, vamos a ponernos de acuerdo en algo. ¿Quieres salir beneficiado con algo?’, me dijo. ¿Beneficiado de qué forma?, le pregunté. ‘No sé’, me dijo. ‘¿Quieres estudiar? ¿Trabajo quieres acá?’ ¿Qué trabajo?, le digo. ‘Puedes ser mi asistente’, me dijo. Le dije: ‘ya, ya, ya’, como zafándome de la conversación”. No volvieron a hablar hasta el lunes 16. Para demostrar que lo que dice esta vez es verdad, Romero llamó a Ortiz en presencia de dos reporteros de CARETAS y esta fue la conversación que sostuvieron: –Romero: Aló, ¿con Beto? –Ortiz: De parte… –R: Le habla Bryan. –O: Hola, dime. –R: Ya no llama ya. ¿Lo que prometió? –O: ¿Cómo? –R: ¿Lo que me ofreció? –O: No te entiendo, háblame fuerte. –R: ¿Se acuerda lo que me ofreció ese día? –O: Sí –R: Ya pues, ya no llama ya, solo ese día me llamó. –O: Ya, te voy a llamar a tu celular. (Ortiz cuelga y Romero vuelve a llamar 5 minutos después). –R: Aló, Beto. Este… –O: Oye, estoy en una reunión, loco. Te llamo cuando termino. Ten un poquito de paciencia. –R: Ya, pero… ¿dentro de cuánto? Ortiz colgó sin responder.
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